El pabellón de Finlandia para la Expo 2020 de Dubái, muestra la profunda conexión que mantiene el país con la naturaleza, su compromiso con el desarrollo sostenible, y cómo estos factores contribuyen a sus altos estándares de calidad de vida. Titulado "Snow Cape", el pabellón diseñado por JKMM Architects evoca los entornos naturales finlandeses a través de la materialidad y la atmósfera, al tiempo que encarna los principios de la economía circular predominante en el país nórdico. Su estructura se ve marcada por el acceso que sugiere la forma de una carpa de campaña, gesto que crea un punto de encuentro que rememora y revive la herencia nómada de Finlandia.
Tras el ingreso al pabellón, la fachada blanca y limpia del tejido industrial tensado, contrasta con las duras baldosas de granito del suelo que, en su diálogo con los espejos de agua, recuerdan la escala y la fría atmósfera del paisaje finlandés. A su vez, el interior del pabellón se ve desprovisto de cualquier revestimiento innecesario, minimizando así el uso de materiales y texturas. El espacio de exposición, por su parte, cuenta con una pantalla de 53 metros de largo que ilustra cómo la naturaleza y la tecnología se entrelazan a diario en Finlandia, país que ocupa el primer puesto en el Informe Mundial sobre la Felicidad durante 4 años consecutivos.
Cuando diseñamos el pabellón quisimos trasladar un fragmento de la naturaleza finlandesa a los áridos paisajes de los Emiratos Árabes y Dubai. El pabellón se inspiró en la fina capa blanca que deja la primera nieve. En finlandés, este velo que cubre el paisaje a principios de invierno se llama "Lumi", que significa nieve. La entrada principal se inspiró en una tienda tradicional árabe, presentando el encuentro de dos culturas mediante la arquitectura. Esperemos que éste sea el mejor espacio de la Expo para poder reunirse cara a cara.- Teemu Kurkela, fundador y socio creativo de JKMM Architects
Los imperativos de la economía circular sirvieron de base para la construcción del pabellón, cuyos materiales obtenidos mayoritariamente de manera local, lograron reducir el impacto medioambiental causado por el transporte. Además, el diseño tomó en cuenta la vida útil de la estructura tras la finalización de la Expo. De esta manera, el proyecto permanecerá en el lugar durante cinco años más, y posteriormente, se desmantelará y sus materiales serán reciclados o bien reutilizados.
